En la época tecnológica que, por gracia o por desgracia, nos ha tocado vivir, siempre me llama la atención la rapidez con la que se consigue todo. El mando a distancia, la energía eléctrica, internet e incluso la comida rápida… hacen que olvidemos conceptos y valores que hay que cuidar con paciencia, examinar y aplicar para realizarnos como personas en las cuatro dimensiones: física, mental, social y espiritual. Y en cuanto a la dimensión espiritual, lo que más me preocupa es que la mayoría buscamos información rápida sin acudir a la fuente principal. Me explico, desde niños escuchamos hablar de Jesús y creemos que con acudir a la iglesia cada semana ya lo conocemos todo sobre la Biblia. Pero, ¿por qué no buscamos tiempo para encontrarnos personalmente con Jesús y con su Palabra, en vez de vivir espiritualmente de lo que otros dicen?
Roberto Badenas, en su libro Para conocer al Maestro en sus parábolas, expone cómo conocer al Maestro y adquirir sabiduría práctica, pero no a través de lo que otros digan, sino del encuentro con Jesús y sus enseñanzas. Lo que más me gusta de este libro es cómo el autor actualiza las parábolas de Jesús, es decir, muestra que «en nuestro mundo, como en el de principios del siglo I, seguimos amasando pan con levadura, cocinando con sal, sazonando con mostaza y pescando con redes…».
Eso es lo maravilloso de Para conocer al Maestro en sus parábolas, que enseña que las palabras de Jesús y sus parábolas siguen siendo actuales porque, aunque nuestro planeta parece haber cambiado, los seres humanos no hemos cambiado mucho: sigue habiendo soldados, cobradores de impuestos, sacerdotes y mercaderes, ricos insensatos, reyes, viajeros, jueces injustos, deudores, buscadores de perlas, hijos de papá, ladrones… y como dice el autor «muy pocos samaritanos».
Personalmente, admiro al autor, Roberto Badenas, por su capacidad de descubrir lo que aparentemente ya se da por sabido. En Para conocer al Maestro en sus parábolas, cada parábola de Jesús es analizada de forma práctica y es aplicada a nuestra época, mostrando la capacidad del Maestro de transformar nuestras ideas sobre la vida y el mundo que nos rodea, como ocurrió con los oyentes y lectores del siglo I.
Aquí te menciono algunos de los títulos de capítulo de este libro: «El nuevo maestro», «Meter cizaña», «En busca del tesoro», «Entrar en el juego», «La bolsa o la vida», «El rico insensato», «Un sembrador todoterreno», «La gran redada», «El vecino inoportuno», «La casa de los espíritus», «El padre pródigo», «Hijos de papá», «Desaparecidos», «Los últimos de la fila», «Noche de bodas»… como ves, ¡dan ganas de leerlos todos!
Jesús, el gran Maestro, enseñaba mediante parábolas a todo tipo de público (ricos, pobres, adultos y niños) y lograba despertar el interés de todos ellos. Así que, como dice el autor, «si quieres enseñar una gran verdad, no la digas… cuenta una parábola».
¿Crees que los predicadores actuales deberían utilizar parábolas? ¿Por qué?
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